La abuela Salvadora fue la primera en cogerme entre sus brazos (todos los allí presentes querían ser los primeros en hacerlo) y con el cariño que ello le suponía le comentó a mi madre que tendida en la cama intentaba reponerse del esfuerzo que le había supuesto el parto, ¿has visto que bonita que es? pero mamá si mas fea no puede ser, mira la cabeza como la tiene y que negra que está si no fuese porque la he tenido en casa diría que me la han cambiado ¡si parece china!, -en ese momento la abuela se acercó a mi hermana que alejada de la expectación que producía mi nacimiento se encontraba apoyada en la pared del patio, en breve iba a cumplir 4 años y pasaba de ser hija única a tener una hermanita-, mira a tu hermanita que pequeñita que es ¿le quieres dar un beso?,-al notar su falta de entusiasmo se acercó a su oído y le dijo: a ti te querremos siempre 4 años más que a ella, mi hermana cambió su gesto cambiando su expresión por la de satisfacción y aprobación, acababa de empezar a tener el cariño de mi hermana.
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